La ciudad ensimismada y autocomplaciente. / Pongamos que hablo de San Sebastián.

No me resisto a expresar mi preocupación ante los retos que afronta San Sebastián. Tengo la sensación de que la ciudad vive ensimismada, víctima de la autocomplacencia de su Ayuntamiento que ha paralizado, durante años, decisiones estratégicas para su futuro.

Donostia sigue siendo atractiva y ofrece servicios de calidad porque ni la maquinaria municipal ni las inercias se paran con los cambios electorales. Es cierto que el turismo desborda previsiones: hay invasión de hoteles, compra de edificios por fondos de inversión y apartamentos turísticos como setas a falta de una regulación a tiempo. Pero tiene consecuencias: gentrificación, expulsión de población e incremento de la especulación. No podemos morir de un falso éxito.

Es grave la escasa oferta de vivienda pública, la entrega de suelo municipal en favor de proyectos privados, el fenómeno de clonación comercial de la ciudad con pérdida de identidad, el agotamiento del suelo en el Parque Tecnológico de Miramón, el deterioro del prestigio de los pintxos en la Parte Vieja por la inexistencia de un label de control de calidad, el olvido de la culminación del paseo litoral en Sagües-Monpás, el laberinto circulatorio o la ausencia de una gobernanza participativa.

A la falta de liderazgo se une la pérdida de creatividad e innovación. Porque hacer un segundo edificio para el Basque Culinary Center o para el Talent House, promover otro centro comercial de franquicias en San Bartolomé o meter un hotel en Tabakalera no significa innovar; es repetir lo existente.

En vivienda se acumulan dudas y retrasos. Es el caso de los suelos municipales en Auditz-Akular (Altza) que cuentan con estación subterránea y servicio del Metro-Topo, una obra realizada para favorecer un desarrollo residencial mixto y con 3.000 pisos de precio protegido. Un modelo de barrio compacto, sostenible y con servicios e infraestructuras que sirvan de mejora al barrio existente. La decisión, tras 12 años perdidos, no debería dejarse al largo proceso de revisión del Plan General de Urbanismo. Pensando en la desesperación de muchas familias y de la juventud, es más rápida una revisión puntual del Plan para ese territorio.

Sobre la operación en Cuarteles de Loiola -una actuación que no se efectuará antes de ocho años- hay que revisar el acuerdo de compra con el Ministerio de Defensa que conlleva un precio excesivo de 73 M/€. El Alcalde anunció que solo un 40% de la vivienda sería pública; el mínimo legal. La negociación con Defensa se hizo mal por no poner sobre la mesa un objetivo municipal más ambicioso de vivienda pública, así como negociar el futuro del solar del antiguo gobierno civil en Pio XII o el destino del edificio del antiguo Banco de España en la calle Garibay.

La ciudad vive en compás de espera: la urbanización del Estadio de Anoeta lleva años de retraso, como las obras del llamado “Metro” y la reforma de La Bretxa. A la vez, se han aprobado operaciones opacas y carentes de justificación en detrimento del escaso suelo público: un edificio del BCC en el solar municipal de Manteo que se podía ubicar en otro territorio e impide la ampliación de un parque además del equipamiento para mayores previsto hace quince años.

La Corporación ha de repensar su decisión de edificar un gran centro comercial -con un parking de rotación en zona de bajas emisiones- en la ladera verde de San Bartolomé. Ha rechazado poner en valor ese “sitio protegido” -como parte de un bien cultural- creando un parque en talud que se convertiría en un hito del Ensanche Cortázar. A cambio, ha acordado un artefacto comercial insostenible que exige una obra compleja de 46 metros de excavación en roca.

Falla la capacidad negociadora de Alcaldía. Con el Gobierno de España que pretende la caducidad de concesiones de Costas en el Tenis y La Concha. Con Defensa, a la vista del precio abusivo por los Cuarteles de Loiola cuando el gasto del Estado en la llegada del AVE a Donostia no es comparable con las inversiones para la penetracion y estaciones del AVE en Bilbao y Vitoria.  

Otro reto. Nos quedamos atrás en la oferta cultural. La fracasada gestión de la celebración de la Capitalidad Europea de la Cultura en 2016 no sirvió para repensar e innovar la vida y estrategia cultural. Faltan ideas. Y callar ante una gestión gris y poco transparente de la ciudad no es una opción leal con la defensa del interés general.

 

Odón Elorza / Ex Alcalde (1991-2011)

Donostia - San Sebastián / Publicado en El Diario Vasco el 30 de octubre de 2023.

Odón Elorza

Espacio de diálogo e interacción con el diputado socialista por Gipuzkoa.

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